Elaboración de quesadillas hechas de maíz azul “criollo” por mujeres de Santa Anita Nopalucan, Tlaxcala, para su consumo en la ciudad de México.
Rodrigo Meiners
En la localidad de Santa Anita Nopalucan, Tlaxcala, localizado al sur del estado, existe desde hace más de 40 años la actividad de elaborar quesadillas, sopes y tlacoyos en distintas zonas urbanas en particular en la ciudad de México por las mujeres de esta localidad tlaxcalteca, acudiendo desde uno solo hasta todos los días de la semana a vender dichas quesadillas tradicionales dependiendo del punto de venta y las posibilidades de cada mujer.
Debido al abandono generalizado del campo desde varias décadas y a la tendencia de la agroindustria del cultivo del maíz en México a la creciente importación del grano y la gradual disminución de aranceles, hasta su total liberación en 2008, y a la situación de pobreza que prevalece en esta localidad, una mujer, precursora de esta actividad se dio a la tarea de buscar mercados de consumo para sus productos hace más de cuarenta años además de elaborar también ensaladas de nopal (cultivo antes muy abundante en la región) con tomate, cebolla y queso, esta mujer llamada Rosenda empezó a vender sus quesadillas en zonas urbanas de la ciudad de México y localidades cercanas de Tlaxcala y del Estado de Puebla.
En esta localidad antiguamente existían una serie de lagunas o también llamadas “lagunillas” en la cual debido a la diversidad y abundancia de recursos biológicos, se utilizaban para su venta y consumo, por ejemplo la planta acuática nativa llamada “Tule”, utilizada para fabricar los “petates” ocupados para el reposo de las personas, era la actividad comercial más importante de la localidad, aunado a la pesca y la cacería de las aves y animales que acudían o habitaban la laguna.
En la década de los sesentas inauguró las obras para utilizar el agua de las lagunillas en mayor escala para animales y para el riego principalmente de maíz y alfalfa, realizada sin ningún plan de manejo, sustentabilidad o recarga de los mantos que alimentaban la laguna, al pasar los años lo inevitable aconteció, la laguna se secó y el agua es ahora cada vez más escasa. Ante esta situación adversa la actividad emprendida por la señora Rosenda, empezó a llamar cada vez más la atención de las demás mujeres que al no tener los ingresos acostumbrados por las actividades basadas en la utilización de los recursos que se fueron perdiendo, las demás mujeres empezaron a imitar la movilización a las zonas urbanas iniciada años atrás, por lo que se dispusieron a buscar más lugares para poder vender sus quesadillas y así ampliar o tener un trabajo remunerado.
Aun con los problemas mencionados el cultivo del maíz de temporal es sembrado en pequeñas parcelas familiares y es nixtamalizado por ellas mismas, compran en el mercado local que es abastecido por poblaciones cercanas: el nopal, el cual ya no se cultiva en las proporciones del pasado, lo que llevó a nombrar en su mejor momento al pueblo: Nopalucan, “región de nopales” en este mismo tianguis local también se abastecen de huiltlacoche (presente en época de temporal), tomate, flor de calabaza, frijol, queso, requesón, cilantro, chile, champiñón, pollo (tinga), principalmente; estos productos se transportan ya preparados junto con la masa del maíz nixtamalizado y se venden en distintos puntos urbanos del Distrito Federal, se preparan en los tradicionales comales tanto de barro como de aluminio, variando en cantidad transportada de masa y del relleno de las mismas de acuerdo a su punto de venta y cantidad de consumo.
Los puntos de venta varían, ya que las mujeres, aunque del 80 al 90% de las señoras se dedican a esta actividad, cada una busca su lugar de venta de acuerdo a sus posibilidades y a las facilidades que se les da en la ciudad. Entre ellos se puede mencionar el tianguis de “San Juan” cerca de Santa Marta en Iztapalapa, tianguis de Zacatenco en la Villa, mercado de la Purísima ubicado en la delegación Iztapalapa también, etc.
Por estos espacios pagan de diez a veinte pesos el día y también pagan por guardar sus comales, tanques de gas y utensilios, es importante destacar que no existe organización alguna, cooperativa o asambleas, por el contrario cada quien busca y desarrolla su propio nicho de venta.
El único antecedente de organización es la muestra gastronómica en el pueblo de Nopalucan el día 7 y 8 de Marzo en donde se degustan sus quesadillas tradicionales y suelen regalarlas a los locales y turistas ocasionales.
Muy chingòn michiRro hay que irse preparando pa llevarlo a la pantalla grande algo al respecto de esto protsimamente.
Chingòn michi jota erre.